El magnetismo, esa fuerza invisible que ha fascinado a la humanidad desde tiempos antiguos, ha sido descifrado poco a poco gracias a la contribución de mentes brillantes a lo largo de la historia. Este artículo se sumerge en las contribuciones de algunos de estos científicos, cuyos descubrimientos han sido fundamentales para moldear nuestro entendimiento actual del magnetismo.
En la antigua Grecia, Tales de Mileto fue uno de los primeros en observar las propiedades magnéticas de la magnetita, una piedra natural que tiene la capacidad de atraer hierro. Sin embargo, fue mucho más tarde, en el siglo XIX, cuando el estudio del magnetismo tomó un giro decisivo con el trabajo de Hans Christian Ørsted. Este físico danés descubrió que una corriente eléctrica puede generar un campo magnético, un hallazgo que sirvió de puente entre el magnetismo y la electricidad, dos fenómenos que hasta entonces se consideraban completamente separados.
Siguiendo los pasos de Ørsted, otros científicos como André-Marie Ampère y Michael Faraday expandieron el conocimiento sobre la relación entre electricidad y magnetismo. Ampère, por ejemplo, desarrolló la teoría que describe cómo las corrientes eléctricas generan campos magnéticos, mientras que Faraday descubrió la inducción electromagnética, demostrando que los campos magnéticos pueden generar corriente eléctrica.
Estos descubrimientos no solo profundizaron nuestro entendimiento del magnetismo, sino que también sentaron las bases para el desarrollo de tecnologías que hoy son indispensables, como los motores eléctricos y los generadores. La historia del magnetismo es un claro ejemplo de cómo la curiosidad y la perseverancia humana pueden desentrañar los misterios de la naturaleza, abriendo puertas a nuevas posibilidades tecnológicas y científicas.